La Casa por La Ventana: Almafuerte Festeja Sus 20 Años con Cuatro Shows en Flores

Que Almafuerte convoque a sus fieles durante cuatro fines de semana consecutivos para festejar sus veinte años de vida es, sin lugar a dudas, una muestra de la constancia, fe y, de alguna manera, el destino. Parece que este último aspecto estaba en contra hace veinte años cuando la banda contaba con poco público y solo la fe interior podía dictar otra realidad.

Hoy, en 2015, “El Teatro” de Flores fue testigo del éxito de este trabajo. Con respetables convocatorias para las cuatro fechas – sólo en la última se puede hablar de un lleno del recinto en cuestión – Almafuerte repasó gran parte de su discografía – pero siempre concentrándose en la última etapa del grupo – junto a su gente, en un lugar que, precisamente, permitía que el público esté próximo a la banda para formar un todo y que la comunicación entre banda y público sea natural.

De hecho, veinte años de vida hacen a la formación de ciertos “códigos” para la banda y sus seguidores, por eso cada reacción del público o cada canto que nacía de este parecía algo que fluía de manera natural, como si fuese una sana costumbre. Exactamente lo mismo pasaba desde lo que se transmitía desde el escenario. Pero lo que siempre destaca es la figura de Ricardo Iorio.

El perro cristiano estuvo a la altura de lo que fueron los cuatro conciertos brindados por la banda y, como siempre, no paró de disparar reflexiones, gesticulaciones y nuevos “latiguillos”. Pero, ¿realmente era necesario concentrarse tanto en los últimos tres discos de la banda? Cada show tuvo cuatro rarezas en la lista de temas – menos la tercera fecha que solo tuvo tres – y el cambio solo estuvo en el orden de las canciones o, en algunos casos, en quitar una o dos de la lista. La lista de temas no estuvo a la altura de un festejo de los veinte años del grupo. Si el año pasado repasaron toda su discografía, ¿por qué no ahora? De cualquier manera, este festejo en vida es un acontecimiento de color para estos festejos: Almafuerte tocando cuatro veces seguidas en un recinto para pocas personas en Capital Federal. No es poca cosa.